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Y David estaba muy angustiado porque la gente hablaba de apedrearlo, pues todo el pueblo estaba amargado[a](A), cada uno a causa de sus hijos y de sus hijas. Pero David se fortaleció en el Señor su Dios(B).

Entonces dijo David al sacerdote Abiatar, hijo de Ahimelec(C): «Te ruego que me traigas el efod». Y Abiatar llevó el efod a David(D). Y David consultó al Señor(E): «¿Perseguiré a esta banda? ¿Podré alcanzarlos(F)?». Y Él le respondió: «Persíguelos, porque de cierto los alcanzarás y sin duda los rescatarás(G) a todos».

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Footnotes

  1. 1 Samuel 30:6 Lit. amargado en alma.